Foto: H. LEWANDOWSKI / RMN-GRAND PALAIS
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Diosa alada lidia en una placa de terracota, divinidad relacionada con la naturaleza
El rey Candaules burlado por su esposa
En su libro primero, Heródoto narra la historia del pueblo lidio y de los reyes que precedieron al famoso Creso. Uno de ellos era Candaules, el último rey de la dinastía Heráclida, que perdió la vida por culpa de una conspiración urdida por su esposa y Giges, un general que se convertiría en el primer rey de la dinastía Mérmnada, la de Creso.
Cuenta Heródoto que Candaules, locamente enamorado de su esposa, proclamaba que era la mujer más bella del mundo. Como le pareció que Giges no estaba convencido de sus palabras, le instó a contemplar en secreto a su mujer en la intimidad de su alcoba, cuando se desnudase para meterse en el lecho. Giges así lo hizo, pero ella se dio cuenta de que la observaba. Sintiéndose vejada, al día siguiente abordó al general con estas palabras: "Giges, de entre los dos caminos que ahora se te ofrecen, te doy a escoger el que quieras seguir: o bien matas a Candaules y te haces conmigo y con el reino de los lidios, o bien eres tú quien debe morir sin más demora para evitar que, por seguir todas las órdenes de Candaules, veas lo que no debes. Sí, debe morir quien ha tramado este plan o tú, que me has visto desnuda y has obrado contra las leyes del decoro". Giges, sin salida, no tuvo más remedio que matar al rey en su dormitorio mientras descansaba, con un puñal que la reina le entregó, y de este modo "se hizo con la mujer y con el reino de los lidios".
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