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Nacido en el seno de una familia de inmigrantes italianos establecida en Nueva York, Al Capone, uno de los gángsters más famosos de la historia, se había hecho con el poder del crimen organizado en Chicago a finales de la década de 1920. Sin embargo, puesto que era imposible relacionar a los líderes del hampa con sus crímenes, la legislación sobre los impuestos cambió para poder atribuirles otros delitos y así poder encarcelarles. Al Capone fue detenido en 1931 por evasión de impuestos y en 1934 trasladado a la prisión de Alcatraz, adonde Mae Capone, la mujer que se tapa la cara sobre estas líneas, se dirigía en 1936 para hacerle una visita. Por entonces, la sífilis terciaria que sufría el mafioso, y que sería la causa de su muerte en 1947, había empeorado y pasaba largas temporadas en el hospital de la cárcel.