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El 19 de enero 1979, la Torre Azadi, uno de los símbolos de la capital iraní, aparece en las imágenes tomadas aquel día rodeada por cientos de miles de personas que se echaron a las calles a celebrar, en la gran mayoría de los casos de forma pacífica, la caída del Sha Mohammad Reza Pahleví. Pocos días antes había abandonado el país camino al exilio en consecuencia de la presión popular, que pedía la abolición de la monarquía y la instauración de una república islámica. El líder de la revolución que se estaba gestando era el ayatolá Jomeni, quien por entonces residía exiliado en París, y que terminaría siendo el presidente del nuevo Irán nacido de la revuelta. Durante todo el pasado año 1978 se sucedieron los abusos de poder del gobierno contra la población. Uno de los más recordados tuvo lugar en la jornada del Viernes Negro. A pesar de que el Sha trataba de ganarse el favor con medidas como la liberación de presos políticos, el 8 de septiembre de 1978 prohibió la manifestación que había sido convocada. Cuando la muchedumbre se congregó en el lugar acordado, el ejército actuó y abrió fuego contra los manifestantes, como se puede ver en la imagen sobre estas líneas tomada pocos momentos antes del ataque. Las cifras de muertos oscilaron entre varios cientos y alrededor de 15.000, según la fuente que se tome de referencia.