Abel G.M.
Periodista especializado en historia, paleontología y mascotas
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En noviembre de 2003 tuvo lugar el último vuelo del Concorde, un modelo de avión que se hizo famoso por su gran velocidad y su elegante silueta. Aquel año, Air France y British Airways anunciaron la retirada de la aeronave y realizaron una serie de vuelos conmemorativos.
La idea sobre el diseño de una aeronave como esta había aparecido por primera vez en 1962, pero no se hizo realidad hasta 1967, cuando el Concorde fue presentado en sociedad. Sin embargo ya desde el principio esta apuesta de la aviación estuvo marcada por varios obstáculos. Nació como una colaboración entre dos fabricantes, uno británico y otro francés, y demostraron sus primeras desavenencias con la elección el nombre.
Uno de sus puntos fuertes era su increíble velocidad, pues era capaz de volar a 2.500 kilómetros por hora, lo cual quería decir que podría cubrir el trayecto entre París y Nueva York en apenas 3 horas y media. Pero su mayor debilidad era el alto coste de producción y la gran cantidad de combustible que consumía. Además, en julio del año 2000 uno de los aviones de Air France sufrió un terrible accidente con 113 víctimas mortales.