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Las minas del yacimiento de carbón de Springhill, en el sureste de Canadá, sufrieron tres grandes desastres entre finales del siglo XIX y mitad del siglo XX. Uno de ellos, el de noviembre de 1956 fue especialmente dramático. Un fuerte flujo de aire de ventilación que entraba en la mina alteró el recorrido de unos vagones cargados de polvo fino de carbón, algunos se soltaron y descarrilaron, golpeando la línea eléctrica y provocaron un peligroso incendio a 1.700 metros de profundidad. La explosión consecuente provocó derrumbamientos en el interior de la mina y dejó a decenas de hombres atrapados en su interior. Un equipo de mineros de rescate, entre los que se encontraban los protagonistas de esta imagen, descendieron arriesgando sus vidas para intentar salvar las de sus compañeros. De los 118 mineros atrapados, 88 fueron rescatados.