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Eran las 5 de la madrugada del 18 de abril de 1906 cuando el desplazamiento de las placas tectónicas que forman la conocida Falla de San Andrés (la Norteamericana y la del Pacífico), en la costa de California, provocó uno de los peores terremotos de la historia de Estados Unidos. Con una magnitud de 7,9 grados en la escala de Richter, su epicentro estuvo tan cerca de la ciudad de San Francisco que prácticamente la devastó por completo. En el momento se calculó que la cifra de muertos era de entre 375 y 500, pero estudios posteriores la han elevado hasta los casi 3.000, pues un gran número de víctimas del barrio de Chinatown fueron ignoradas. Tras el gran temblor, se originó un enorme incendio que arrasó gran parte de la ciudad, empeorando si cabe los estragos del desastre. De los 410.000 habitantes, alrededor de 300.000 se quedaron sin casa. La imagen tomada por Arnold Genthe muestra el aspecto de la calle Sacramento pocas horas después del terremoto, las casas destrozadas y la gigantesca nube de humo alzándose al fondo como consecuencia del incendio posterior.