Salto de valla

Foto: The Central Intelligence Agency

Sucedió en la esquina de Ruppiner con Bernauer Strasse, en el sector francés. En la tarde del 15 de agosto de 1961, dos días después de que se tendiera la alambrada que se convertiría en el Muro de Berlín, un joven soldado de 18 años, Conrad Schumann, saltó sobre ella para acceder a Berlín Occidental. El testimonio gráfico de esta huida es seguramente el más famoso de toda la historia del Muro, aunque lo que sucedió no fue completamente espontáneo. Varias personas de Berlín Occidental que se encontraban junto a la alambrada animaron a Schumann a que saltara, a lo que él respondió con gestos mínimos pero elocuentes. Los paseantes advirtieron a la policía de que un soldado de la RDA quería desertar. Entonces acudió un furgón policial desde cuyo interior un agente hizo a Schumann un gesto para que saltara. En ese momento, tres reporteros que estaban presentes en el lugar —los fotógrafos Peter Leibing y Klaus Lenhartz, y el cámara Dieter Hoffmann— colaboraron con la fuga: dirigieron ostentosamente sus objetivos hacia los guardias de la RDA, que, para evitar que los fotografiaran, se volvieron de espaldas. Entonces Schumann echó a correr, saltó por encima de la alambrada, arrojó el fusil y entró en el vehículo de la policía. Pero el gesto de Schumann le cobraría factura. Sus padres y sus convecinos del pueblecito sajón de Zschochau, donde había nacido, lo vivieron como una traición, y él se acabó suicidando en 1998, a los 56 años.