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La Batalla de Berlín puso el punto y final a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en el escenario europeo. Tras el Desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, la retirada de las tropas alemanas en todos los frentes era un hecho: Hitler solo se movía a la defensiva. Por su parte, la Unión Soviética estaba decidida a convertirse en el verdugo de los nazis en Europa y a finales de abril de 1945 sus tropas se plantaron a las puertas de la capital alemana. A pesar de que la Wehrmarcht ofreció resistencia hasta el último momento, tal y como había ordenado el Führer, finalmente Berlín cayó el 2 de mayo de 1945. La ciudad, que llevaba todo el conflicto y especialmente las últimas semanas soportando intensos bombardeos, había quedado completamente destruida. Se calcula que un tercio de las viviendas estaba en ruinas y los escombros superaban los 70 millones de toneladas. En esta imagen tomada en 1948 se puede ver la iglesia de Hedwigs, en Berlín, totalmente devastada mientras algunas monjas y otros voluntarios tratan de apartar las ruinas en las que había quedado convertida.