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Al principio y debido principalmente a las agresivas ofensivas de Hitler, pocas partes de Alemania se vieron afectadas directamente por la violencia de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Los constantes ataques e intentos de invasión para expandir sus fronteras mantenían a los enemigos del Führer alejados del país. Sin embargo, a medida que fue avanzando la contienda los equilibrios cambiaron, y la Wehrmacht se vio obligada a tomar posiciones defensivas. La derrota en la batalla de Stalingrado (agosto de 1942-febrero de 1943) supuso un importantísimo punto de inflexión que empezó a decantar la balanza hacia el lado de los Aliados. Por ello, y tal como muestra esta imagen tomada a principios de marzo de 1943, las bombas empezaron a caer sobre Berlín, afectando a toda su población y edificios más céntricos. En este caso se puede ver la cúpula de la Catedral de Hedwig totalmente destrozada por un bombardeo de la RAF.