Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Jesse Owens durante la prueba del salto de longitud en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. En esta prueba ganó su segunda medalla de oro, después de haber triunfado en los 100 metros lisos; después ganaría también las pruebas de 200 metros lisos y de relevos.
Uno de los aspectos más discutidos sobre la participación de Owens en aquellas Olimpíadas tiene que ver con su relación con Adolf Hitler: el dictador nazi, supuestamente, habría ignorado al medallista afroamericano y se habría ausentado de la entrega de medallas para no tener que estrechar la mano de un atleta negro, algo que habría contravenido sus postulados sobre la supremacía de la raza aria.
En 2009, el periodista alemán Siegfired Mischner, que conoció a Owens, afirmó que esto no fue lo que pasó realmente. Según su versión, inicialmente el Führer saludaba a los atletas alemanes que conseguían una medalla, pero sus asesores le hicieron notar que esto transmitía un mensaje hostil a otros países y le recomendaron que, o saludaba a todos los medallistas independientemente de su nacionalidad, o no saludaba a ninguno; por lo que Hitler decidió no saludar a ninguno.
Mischner explicó que el propio Owens le había explicado su versión: que aunque Hitler no se había acercado a saludar a los medallistas en el palco, sí le había saludado posteriormente y él había hecho lo mismo. El piloto británico Eric Brown, que había asistido a los Juegos con su padre, afirmó haber visto a Hitler estrechar la mano a Owens y felicitarle por su logro. Aun así, no existe ninguna foto de este momento, así que resulta imposible comprobar qué pasó realmente entre Owens y Hitler.