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Las mujeres que protagonizan esta imagen ejercían cargos públicos que no mucho tiempo atrás habían estado vetados al género femenino: todas ellas eran representantes de sus respectivos estados en el senado de los Estados Unidos. Excepto una de ellas. En el extremo derecho de la fila está Hattie Ophelia Caraway, la primera senadora electa de los EE.UU. Todo empezó con la muerte de su marido, tras lo cual y según la ley ella heredaría el cargo hasta las siguientes elecciones, cuando sería relevada por el correspondiente senador electo. Pero, contra todo pronóstico y sin ningún precedente, Hattie decidió presentarse a esas elecciones: y las ganó. A los periodistas que la entrevistaron les dijo: “se ha acabado el tiempo en que las mujeres son puestas en un lugar solo mientras se prepara a otro para que asuma ese trabajo”.