Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Eva Duarte de Perón, primera dama de Argentina, emite su voto desde la cama del hospital. Sería la primera y última vez que lo hiciera: al año siguiente murió a causa del cáncer cervical contra el que llevaba tiempo luchando. Es una imagen muy significativa puesto que dedicó su vida política, precisamente, a conseguir el derecho de las mujeres argentinas a votar y a ser elegidas para desempeñar cargos políticos.
Casada con Juan Domingo Perón, quien se convirtió en presidente de Argentina en 1946, participó activamente en su presidencia y fue la impulsora de la ley de sufragio femenino, conocida precisamente como Ley Evita, su sobrenombre. La ley fue aplicada por primera vez en las elecciones presidenciales de noviembre de 1951, en las que Eva, desde la cama del hospital, pudo votar por primera y única vez, ya que murió al año siguiente.
También impulsó otras reformas feministas, como la igualdad jurídica entre los cónyuges; y en favor de otros sectores vulnerables, como los ancianos, a quienes se reconoció por ley el derecho a una ancianidad digna. Su papel tan destacado en política le valió muchos odios, especialmente entre las clases altas argentinas.