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Después de casi ocho meses durante los cuales los aires de renovación habían tomado el país, el 21 de agosto de 1968 los tanques soviéticos entraron en la capital de la antigua República Socialista de Checoslovaquia poniendo así fin a la revuelta conocida como la Primavera de Praga. Esta invasión, perpetrada por los aliados del Pacto de Varsovia, se convirtió en uno de los episodios más conocidos y simbólicos de la Guerra Fría en Europa. Tras su elección como Primer secretario del Partido Comunista, Dubček puso en marcha una serie de reformas iniciando el camino hacia la democratización del país que no fueron bien vistas por la URSS. En la imagen se puede ver cómo los ciudadanos ofrecieron una resistencia pacífica a la presencia impuesta de las tropas rusas durante el verano de 1968, algo que se convirtió en un ejemplo para el mundo. Sin embargo, la invasión progresó y no sería hasta 1989 que los últimos soldados soviéticos abandonarían el país con el triunfo de la llamada Revolución de terciopelo.