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Posando orgullosa y sonriente frente a su avión, Amy Johnson fue una de las pioneras que contribuyeron a engrosar una importante lista de mujeres que durante los años 20 y 30 del siglo pasado dieron grandes pasos en el campo de la aviación. En su caso, Johnson estableció numerosos récords volando en solitario y en compañía de su marido. Fue la primera persona en volar en solitario entre Londres y Moscú, y en 1930 se convirtió en la primera mujer en cubrir la gran distancia entre Inglaterra y Australia (17.600 km) en un vuelo a solas. Lamentablemente, fue también su pasión la que la llevaría a sufrir un trágico accidente. Participando en tareas militares en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), su avión cayó al Támesis debido a las malas condiciones climáticas. Ella pudo saltar con el paracaídas, pero las heladas aguas del río londinense acabaron con su vida sin que nadie pudiera hacer nada por evitarlo. Solo tenía 37 años.