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Los Juegos Olímpicos celebrados en Montreal en 1976 tuvieron una protagonista cuyo nombre quedaría fijado para siempre en la historia: Nadia Comăneci. En la imagen sobre estas líneas, la gimnasta rumana lleva a cabo el ejercicio de la barra de equilibrio, una de las tres medallas de oro que consiguió en esta edición. La joven atleta de 14 años consiguió una puntuación nunca antes vista en unos Juegos cuando los jueces le otorgaron un 10, valorando como perfecta su actuación en las barras paralelas asimétricas. Ni siquiera el marcador estaba preparado para reflejar tal puntuación, pues en un primer momento apareció representado con un 1.00. Poco después los jueces aclararon que se trataba de un 10.00 y todo el público estalló en un sonoro aplauso en reconocimiento a la gimnasta.