La película que Chaplin se arrepintió de haber hecho

Chaplin

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Foto: Charles Chaplin Film Corporation / CC
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Foto: Charles Chaplin Film Corporation / CC

En 1940 se estrenó una de las películas más famosas de Charles Chaplin: El gran dictador. En la película interpreta dos papeles, el de un barbero judío y el del dictador Adenoid Hynkel, una parodia de Adolf Hitler. Además de ser considerada una de sus mejores obras, resulta significativa por la sátira que hace del nazismo: la película, de hecho, fue una respuesta a la decisión del Tercer Reich de no permitir la proyección de sus películas alegando el supuesto origen judío de Chaplin.

Chaplin hizo la película, en sus propias palabras, “para los judíos de todo el mundo” y con la intención de ridiculizar a los regímenes que los perseguían, pero más adelante se arrepintió de ello: al ser consciente de la magnitud del Holocausto, se planteó si había sido adecuado parodiarlo de aquel modo y declaró: “Si hubiese conocido los horrores reales de los campos de concentración alemanes, no habría podido hacer El gran dictador, no habría podido hacer broma con la locura homicida de los nazis”.

 

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