La pasión desconocida de Houdini

Conocido como el escapista más famoso de todos los tiempos, Harry Houdini tenía otra pasión: la aviación. En 1909 compró un biplano, contrató un mecánico y se lanzó a conquistar los cielos. Sus primeros intentos no fueron muy exitosos, pero no tiró la toalla. A principios del siglo XX la aviación civil era más que un pasatiempo: muchos aspiraban a dejar su nombre en la historia siendo los primeros en conseguir un nuevo hito. En este sentido, Houdini fue uno de los primeros hombres en volar sobre Australia.

Como en su faceta de escapista, le gustaba jugar con el factor del espectáculo en sus vuelos. En una ocasión anunció que usaría su biplano para ir de ciudad en ciudad durante una gira por Inglaterra y que, al llegar a cada una de ellas, saltaría del avión esposado; un reto que al final no cumplió. En 1920 volvió a sorprender al mundo anunciando su intención de atravesar el Atlántico en avión sin escalas, algo que tampoco cumplió y que finalmente llevó a cabo Charles Lindbergh en 1927.

Existe un debate acerca de si Houdini tuvo alguna vez intención de llevar a cabo las proezas que anunciaba. En aquella época el escapista se había volcado en su carrera cinematográfica y puede que esto fuese un modo de hacerse publicidad. Como en tantas otras cosas, el misterio lo acompañaba.