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El día que Juan Pablo II se convirtió en papa rompió más de un estereotipo. Era el primero desde 1523 que no era de origen italiano y, además, era el primer papa polaco de la historia. Nunca usó la llamada silla gestatoria, un gesto también sin precedentes, sobre la que todos sus sucesores habían paseado alguna vez. Su elección como papa estuvo precedida por un periodo convulso. El anterior pontifice electo, Juan Pablo I, murió a causa de un infarto al cabo de 33 días de ser elegido y fue cuando, poco después, tras las correspondientes deliberaciones del cónclave, Karol Wojtyła fue nombrado el nuevo papa, adoptando el nombre de Juan Pablo II. Con 58 años, se convirtió en el pontifice más joven de todo el siglo XX y su papado fue el tercero más largo de la historia, con 27 años. En esta imagen tomada el 25 de diciembre de 1978 se le puede ver de espaldas a la cámara con mitra, dando su Urbi Et Orbi desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro, la bendición de Navidad, a la ciudad del Vaticano y al mundo: era la primera como pontífice.