![Abel G.M.](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 600 600"%3E%3C/svg%3E)
Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El 1 de julio de 1997, tras más de 50 años bajo dominio británico, Hong Kong fue entregado a la República Popular China. Aun así la ciudad conservó un régimen especial bajo una fórmula conocida con el lema “un país, dos sistemas”.
Hong Kong mantuvo su sistema legal y financiero, libertades civiles y otros derechos garantizados por la llamada Ley Básica. Esta fórmula se adoptó por razones prácticas: Hong Kong era y sigue siendo un importante centro financiero y comercial; este arreglo sui generis aseguró la continuidad de su desarrollo económico y su posición como puente entre China y el resto del mundo.
Aun así, este sistema fue pensado como algo transitorio y llevó a un choque continuo entre el gobierno central y los habitantes de Hong Kong a medida que el primero intentaba estrechar su control sobre la ciudad. La misma fórmula se aplicó en 1999 con el retorno de Macao por parte de Portugal.
Este sistema, sin embargo, se ha ido deteriorando con el tiempo. Las tensiones y protestas han crecido en los últimos años a raíz de la implementación de políticas y decisiones tomadas por el gobierno central de China en lugar del ejecutivo de Hong Kong.