Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
Actualizado a
· Lectura:
El 5 de julio de 1996, los científicos del Instituto Roslin de Escocia presentaron al mundo el resultado de sus esfuerzos: la primera oveja de la historia nacida por clonación, Dolly.
Dolly fue el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta somática, un hito importante en la historia de la clonación, ya que fue la primera vez que se logró clonar un mamífero a partir de una célula adulta en lugar de una célula embrionaria.
El equipo de científicos liderado por el doctor Ian Wilmut utilizó la técnica de transferencia nuclear de células somáticas para crear a Dolly, tomando como donante una célula de la glándula mamaria de una oveja adulta. El legado científico y ético de esta proeza continúa siendo relevante en el campo de la clonación y la biología reproductiva.
El nacimiento de Dolly planteó importantes cuestiones éticas y científicas sobre la clonación y la manipulación genética. Su existencia generó debates sobre la posibilidad de clonar seres humanos y sus implicaciones morales y legales, algo que muchos países han prohibido ya por ley. Además, aún se desconoce qué riesgos puede implicar el proceso para la vida del individuo clonado.
De hecho, la vida de Dolly fue relativamente corta. A los seis años, fue diagnosticada con una enfermedad pulmonar progresiva y artritis (la esperanza de vida ideal de una oveja oscila entre los 10 y los 12 años). Medio año más tarde, en febrero de 2003, se decidió sacrificarla debido a su deterioro de salud; actualmente, se puede ver su cuerpo disecado en el Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo.