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La Batalla de Moscú, que empezó en octubre de 1941 y terminó en enero de 1942, enfrentó a la Alemania nazi y a la Unión Soviética. Moscú era el primer objetivo militar de las fuerzas del eje en sus planes para invadir la URSS. Este enfrentamiento, que terminó en victoria soviética, marcó un punto de inflexión en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Y es que las potencias del Eje parecían invencibles, pero este mito cayó cuando no fueron capaces de entrar en Moscú. La derrota de los alemanes se debió, en parte, a la llegada del invierno: las tropas de Hitler no estaban preparadas para el frío intenso, por ejemplo, no tenían suficiente ropa de abrigo. Aunque no se han escrito tantos libros y películas sobre la Batalla de Moscú en comparación con otros eventos de la Segunda Guerra Mundial, este enfrentamiento tuvo mucha relevancia dentro del conflicto bélico mundial. Prueba de ello es que The New York Times lo calificó como "la batalla más grande en la campaña más grande de la historia". En la imagen se pueden ver partisanos soviéticos en la Batalla de Moscú.