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Durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y durante la propia contienda, el régimen nazi de Adolf Hitler extendió por Europa central toda una red de campos de concentración y exterminio destinados a albergar y asesinar aquella parte de la sociedad que no consideraba digna de vivir. En ellos, los guardias desempeñaban las tareas de vigilantes y trataban a los presos de la manera más humillante y violenta posible. Muchas mujeres fueron reclutadas para trabajar como guardias. En la imagen sobre estas líneas las vemos desfilar en el campo de Bergen-Belsen frente a su superiora, Elisabeth Völkenrath, cuyo moño asoma entre las cabezas de las dos primeras integrantes de la fila. Elisabeth fue detenida tras el final de la guerra y sometida a juicio, donde fue sentenciada a muerte. Sentencia que se cumplió el 13 de diciembre de 1945, cuando Völkenrath contaba con tan solo 26 años.