La muerte de un gran cómico

El 7 de agosto de 1957, una de las grandes parejas cómicas de Hollywood quedó viuda: ese día murió Oliver Hardy, integrante del mítico dúo “Laurel y Hardy”, conocidos popularmente en español como “el Gordo y el Flaco”.

Laurel y Hardy fueron una de las parejas cómicas más famosas de todos los tiempos. Trabajaron juntos casi 30 años y grabaron más de 100 películas juntos, aunque la última década de su tándem estuvo marcada por el distanciamiento, las malas críticas y los problemas de salud, primero de Laurel y después de Hardy.

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Hardy sufrió un infarto en 1954, lo cual hizo que se preocupara mucho más por su salud, que hasta entonces había descuidado mucho. No solo estaba su problema de sobrepeso, sino el estrés del trabajo y sus hábitos de fumador compulsivo, que compartía con Laurel: su productor, Hal Roach, decía que ambos fumaban “como un tren de mercancías”. A raíz de aquel infarto se hizo el propósito de cambiar de hábitos y llegó a perder más de 68 kilos en pocos meses, lo cual hizo saltar los rumores sobre si padecía cáncer.

A pesar de sus esfuerzos, en setiembre de 1956 sufrió un infarto cerebral que lo dejó postrado en la cama e incapaz de hablar. En verano del año siguiente sufrió otros dos infartos cerebrales que le hicieron caer en coma y murió al cabo de pocos días de una trombosis cerebral. Su compañero de escenarios de toda una vida, Laurel, no pudo acudir al funeral debido a sus propios problemas de salud; nunca se recuperó de esta pérdida y no volvió a aceptar un trabajo con ninguna otra persona.