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En septiembre de 1943, los Aliados habían desembarcado en el sur de Italia y poco después el gobierno capituló. Fue uno de los grandes golpes de las Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Las tropas aliadas pretendían progresar hasta alcanzar Roma, pero Hitler ordenó seguir con la defensa de la Península, para lo cual mandó establecer una serie de fortificaciones defensivas al sur de la capital, la llamada Línea Gustav. La manera más plausible de atravesarla pasaba por un pequeño pueblo situado estratégicamente en las cercanías de un área montañosa: Montecassino. Desde sus colinas los alemanes podían controlar los movimientos de las tropas enemigas y, a pesar de la superioridad aliada, los violentos enfrentamientos se alargaron desde enero hasta mayo de 1944. En la imagen se puede ver un bombardero estadounidense Martin B-26 Marauder sobrevolando la zona durante la batalla. Los proyectiles aliados causaron grandes desperfectos en el célebre monasterio de Montecassino, que quedó en ruinas, pero afortunadamente los alemanes habían trasladado gran parte de los manuscritos que custodiaba su biblioteca.