Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Entre el 7 y el 8 de mayo de 1942, las fuerzas navales de Estados Unidos y Australia se enfrentaron con las de Japón en el Mar del Coral, a poca distancia de la costa australiana. Esta batalla fue una de las primeras derrotas niponas importantes en el Pacífico, y las bajas que sufrió marcarían el devenir de otras batallas posteriores en este teatro de guerra.
Pero la batalla del Mar de Coral ha pasado a la historia por otra razón: fue el primer combate naval de la historia en las que las naves enemigas nunca se vieron ni estuvieron al alcance unas de otras, atacándose con bombarderos. Cada bando contaba con portaaviones y varios barcos de escolta: los japoneses tenían muchos más barcos, pero solo 10 aviones más que los Aliados.
Los Aliados perdieron tres barcos y cerca de 70 aviones, mientras que en el bando japonés las pérdidas ascendieron a cinco barcos y entre 70 y 100 aviones. Ambos bandos afirmaron públicamente haber ganado la batalla, pero realmente ambos sufrieron un duro golpe al perder un portaaviones cada uno.
Sin embargo, a efectos tácticos los Aliados salieron ganando, ya que la armada japonesa terminó con numerosas naves dañadas, impidiendo un desembarco en Nueva Guinea que habría podido cortar las líneas de suministro entre Australia y EE.UU.