Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El 9 de setiembre de 1976 murió Mao Zedong, fundador de la República Popular China. El Partido Comunista de China comunicó su muerte en un mensaje de radio dirigido a todo el país. Su cuerpo embalsamado fue expuesto en el Gran Salón del Pueblo durante una semana y fue visitado por un millón de personas.
Después de la muerte de Mao, se produjo una lucha de poder en China por el control del país y la dirección del Partido Comunista de China. Esta lucha estuvo marcada por varias facciones y líderes que compitieron por el liderazgo, empezando por la viuda del líder, Jiang Qing, quienes abogaban por la continuación de la política revolucionaria.
Deng Xiaoping, uno de los líderes más influyentes después de Mao, promovió la idea de las "Cuatro Modernizaciones" que buscaban modernizar la agricultura, la industria, la defensa nacional y la tecnología. Deng fue capaz de obtener apoyo dentro del partido para estas reformas económicas y de apertura y convertirse en el sucesor de Mao.
Jiang Qing, la esposa de Mao, fue arrestada en 1976 y posteriormente condenada por su papel en la Revolución Cultural y otros actos. Su caída debilitó a su facción y abrió espacio para las reformas. Por otra parte Jua Guofeng, el sucesor que el propio Mao había designado, cayó en el ostracismo y tuvo que pasar el resto de su vida alejado de la vida pública.