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Durante el mes de junio de 1958 se disputó la sexta edición de la Copa del Mundo de Fútbol en Suecia. Los aficionados que acudieron a presenciar los partidos de aquella competición serían testigos del nacimiento de una estrella: Pelé. Efectivamente, el campeón fue Brasil, que por primera vez en su historia se erguía como el mejor equipo del mundo. Y lo hizo con un once histórico que ya practicaba lo que fue bautizado como jogo bonito. Después de eliminar a Francia en la semifinal, los brasileños se enfrentaron a Suecia, la anfitriona, en la final, a la que vencieron por 2-5. Pelé aún no había cumplido los 17 años y se convirtió en el jugador más joven en participar en una final de Mundial. Marcó dos goles en ese último partido y se coronó como "O Rei". En la imagen se le puede ver embargado por la emoción después del partido, cuando rompió a llorar mientras era consolado por sus compañeros más veteranos, entre ellos Didi, en cuyo hombro Pele apoya la cara, Garrincha, en el centro, y Orlando a la derecha.