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En el discurso de apertura del llamado Juicio de los médicos, celebrado en diciembre de 1946 en el marco de los Juicios de Núremberg, el fiscal jefe dijo: “Los imputados en este caso están acusados de asesinatos, torturas y otras atrocidades cometidas en nombre de las ciencias médicas. La cantidad de víctimas de estos crímenes asciende a cientos de miles. Solo unos pocos siguen con vida. Algunos de los supervivientes comparecerán en esta sala de tribunal. Pero la mayoría de estas pobres víctimas fueron masacradas directamente o murieron mientras se las torturaba. [...] Para sus asesinos, estas desdichadas personas no eran individuos en absoluto”. La gran mayoría de los 23 acusados en este juicio eran médicos y 16 de ellos fueron declarados culpables de llevar a cabo experimentos pseudocientíficos sobre prisioneros de los campos de concentración sin su consentimiento, causando terribles sufrimientos y en última instancia la muerte. En la imagen se puede ver a una de las mujeres que participaron como testigo durante el proceso mostrando las cicatrices de sus piernas causadas por incisiones en la piel hechas con material quirúrgico sin esterilizar o infectado a propósito en las que se introducía astillas de cristal para simular las heridas de guerra de los soldados alemanes. Luego se trataba las heridas con sulfonamidas para observar la reacción. La mayoría morían a causa de las lesiones.