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A pesar de que esta no es la foto más conocida de su vida, este físico alemán de origen judío posa para la cámara en 1893 a la edad de 14 años en Múnich, donde su familia se trasladó cuando el tenía un año y donde viviría hasta los 14. Aprendió a hablar más tarde de lo normal, tocaba el violín y, a pesar de que no fue un buen estudiante en lenguas, fue brillante en ciencias naturales. La rigidez de las normas escolares de su tiempo le provocó problemas con algunos de sus profesores. Tiempo después, tras graduarse en física y convertirse en profesor de la Universidad de Berna, Albert Einstein habría de convertirse en uno de los científicos más célebres de la historia gracias, entre otras cosas, a su teoría de la relatividad.