Hospital de lujo

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Foto: CC

Durante cualquier gran conflicto bélico los hospitales de los países implicados en él experimentan un obvio incremento de su actividad. Si bien es algo previsible cuando estalla una guerra, cuando comenzó la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la mayor contienda de la historia hasta el momento, prácticamente todos los centros sanitarios se vieron superados. Para poder dar respuesta a la necesidad de más y mayores espacios para atender a los soldados heridos se habilitaron edificios que jamás fueron pensados para convertirse en hospitales, como fue el caso del Royal Pavilion de Brighton, Inglaterra. La imagen sobre estas líneas muestra el hall principal en 1915. Además de estar situado en una ciudad muy cercana a las costas del continente europeo, donde se libraban la mayoría de las batallas, el lugar era enorme y ofrecía múltiples posibilidades para alojar a los heridos. Se instalaron 730 camas y se trataron cerca de 2.300 hombres procedentes del Ejército indio. Tras unos meses cerrado, reabrió en abril de 1916 ahora destinado a tratar a soldados británicos que habían sufrido algún tipo de amputación. El hospital les proporcionaba no solo tratamiento físico si no que también rehabilitaba y enseñaba a los soldados a recuperar las habilidades perdidas.