Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El 10 de setiembre de 1960, el etíope Abebe Bikila hizo historia al convertirse en el primer hombre subsahariano en ganar un maratón olímpico. Su victoria, además, estuvo marcada por el modo en que la consiguió: corrió la carrera descalzo.
Al llegar a Roma para competir en los Juegos Olímpicos, Bikila compró zapatillas nuevas para correr, pero ningunas le quedaban bien y le salieron ampollas. Finalmente, decidió correr descalzo a pesar del ardiente calor romano del verano. Corrió junto con su principal competidor, el marroquí Rhadi ben Abdesselam, al que adelantó esprintando los últimos 500 metros de carrera.
A su regreso a Etiopía, además del oro olímpico, el emperador Haile Selassie lo condecoró con la Estrella de Etiopía. Bikila volvió a hacer historia en las siguientes Olimpíadas, que se celebraron en 1964 en Tokio, al ganar otra vez. Se convertía así en el primer atleta que lograba defender un oro olímpico en esta disciplina y, además, volvió a romper el récord de tiempo. A lo largo de su carrera deportivo, ganó otras doce competiciones.
Desgraciadamente, en 1969 sufrió un accidente de coche que lo dejó paralítico. Aunque recuperó la movilidad de la parte superior del cuerpo, nunca volvió a caminar.