Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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La princesa Isabel (en primer plano), actual monarca del Reino Unido, parte de vacaciones con su hermana Margarita, sus padres y sus perros. El de 1936 sería uno de los últimos veranos normales que pasaría la familia real, puesto que en septiembre del año siguiente estallaría la Segunda Guerra Mundial. Para Isabel, amante del entorno rural y especialmente de sus perros y caballos, sus veranos en Escocia eran uno de los mejores momentos del año.
Las dos hermanas siempre mantuvieron una buena relación, a pesar de tener personalidades muy distintas. Isabel, debido a la responsabilidad que recaía en ella como heredera al trono, debía ser formal y responsable; por el contrario, su hermana Margarita tenía fama de rebelde, insolente y poco amante de acatar las normas y la formalidad. Sin embargo, cuando Isabel se convirtió en reina con poco más de 25 años, hizo lo posible por moderar un poco esta faceta, al menos en público, debido al respeto que sentía por su hermana. Aun así, su vida privada y en particular su divorcio siguieron siendo objeto de crítica por parte de la prensa y un asunto delicado para la Casa Real británica.