Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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En 1971 el sha de Persia, Mohammad Reza Pahlevi, organizó una espectacular recepción internacional para conmemorar los 2.500 años de la fundación del Imperio Aqueménida. El sha había planeado este evento como una exaltación de la larga y rica historia de su país, pero le salió caro en el sentido literal y en el figurado: el coste fue astronómico y se convirtió en uno de los motivos que precipitaron la caída de la monarquía, a la cual los ayatolás criticaban entre otras cosas el despilfarro y el abandono de la identidad musulmana (reforzado por el hecho de que el evento exaltara el pasado pre-islámico del país). Aun así, el rey siguió adelante con su plan y el aniversario se celebró cerca de la antigua capital de Persépolis y se quiso crear para la ocasión un verdadero oasis en medio del desierto, plantando miles de árboles y no escatimando en lujos: una tienda totalmente equipada para cada una de las delegaciones de jefes de Estado que habían sido invitados, coches de lujo y comida preparada por el prestigioso restaurante Maxim's de París.