Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El 18 de mayo de 1911, moría en Viena el compositor y director Gustav Mahler, considerado uno de los gigantes de la música clásica austríaca. Conocido principalmente por sus sinfonías, Mahler tuvo de hecho una obra muy variada que incluye óperas, música de cámara y especialmente leid, un tipo de composición consistente en un poema lírico al que se ha añadido música.
Mahler es, de hecho, uno de los mayores exponentes del lied, que combinó con elementos de la sinfonía con grandes resultados. Su música, interpretada con frecuencia en las grandes orquestas de todo el mundo, destaca por su emotividad y complejidad. El musicólogo austríaco Guido Adler dijo una vez que “nadie se ha aburrido nunca escuchando a Mahler, ni siquiera sus enemigos”.
Enemigos que no le faltaban, por su condición de judío converso al catolicismo, algo que le criticaban tanto unos como otros y que sufrió especialmente a causa del antisemitismo existente ya antes del ascenso del nazismo. Esa fue la causa de que su música permaneciera apartada durante la época nazi, a pesar de ser uno de los mayores compositores austríacos de la historia.
Además de como compositor, Mahler es recordado también por su trayectoria como director de orquesta: dirigió la Ópera de la Corte de Viena, la Ópera Metropolitana de Nueva York y la Orquesta Filarmónica de esta misma ciudad.