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Con un apodo que no deja lugar a dudas, este hombre nacido en en Tennessee fue uno de los gángsters más conocidos de la Era de la prohibición en Estados Unidos. Aprobada en 1919, la Ley Seca dio lugar a la aparición de una enorme red de contrabando de alcohol de la que los sindicatos del crimen sacaron buen provecho. Así lo hizo también George Kelly, quien empezó como contrabandista y cometiendo crímenes menores, hasta que en julio de 1933 daría el fue el gran golpe de su vida, aunque también el último: el secuestro del magnate del petróleo Charles F. Urschel. Consiguió que le pagaran el equivalente a 4 millones de dólares actuales, sin embargo, Urschel memorizó datos clave durante su secuestro que permitieron posteriormente identificar dónde y por quién había sido escondido. Fue detenido en septiembre y en octubre se celebró el juicio que le condenó a cadena perpetua. Precisamente en esta imagen tomada el 2 de octubre de 1933 está siendo trasladado a los juzgados escoltado por hombres armados.