El funeral de Trotski

El 20 de agosto de 1940, León Trotski se hallaba en su residencia de Ciudad de México cuando recibió la visita de un colaborador, Frank Jackson, que acudía a entregarle unos documentos. Lo que Trotski no podía sospechar es que Jackson era en realidad Ramón Mercader, un agente enviado por Stalin para acabar con su vida, que durante meses se había infiltrado entre sus simpatizantes para acercarse a él y tener la oportunidad de matarlo. Ese día llegó su oportunidad y lo atacó con un piolet, provocándole una herida en la cabeza que lo llevó a la tumba unas horas después.

Mercader fue condenado a 20 años de cárcel por el asesinato, con el agravante de que Trotski era un exiliado al que las autoridades mexicanas habían dado refugio. Tras cumplir la condena, voló a la Unión Soviética y se unió al KGB, siendo condecorado con la Orden de Lenin y la Medalla de Héroe de la URSS. Fue enterrado en un cementerio de Moscú; su lápida lo identifica como “Ramón Ivanovich López, héroe de la Unión Soviética”.