Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El 2 de julio de 1964 se promulgó en Estados Unidos la Ley de Derechos Civiles, que supuso un importante paso adelante para acabar con la discriminación histórica de las personas negras en Estados Unidos.
La ley establecía varias medidas como la prohibición de tener espacios separados para blancos y negros, de la discriminación racial a la hora de prestar servicios y atender al público, y la libertad de acceso a los servicios públicos y a los empleos con independencia del color de la piel. Aunque ciertamente la mentalidad no cambió de un día para otro, establecía por primera vez un marco legal que reconocía la igualdad de derechos.
La ley fue una iniciativa personal del presidente John F. Kennedy, en contra no solo de los sectores más conservadores sino incluso del consejo de sus propios asesores. Se temía, en particular, que la ley pudiera suscitar reacciones violentas en los estados del sur, donde el racismo estaba especialmente presente.
Dentro del Partido Demócrata existía también el temor a perder masivamente el apoyo en dichos estados, algo que se demostró infundado cuando el candidato demócrata, Lyndon B. Johnson, arrasó en las elecciones presidenciales de 1964 con un récord de 45 estados que ningún otro candidato de cualquier partido ha logrado repetir jamás.
La Ley de Derechos Civiles fue la base de otras iniciativas destinadas a conseguir la igualdad de oportunidades entre todos los estadounidenses, así como uno de los hitos históricos en la lucha global contra la segregación racial.