Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Osaka, la tercera ciudad más grande de Japón, ofrecía en 1960 este aspecto parecido a una Venecia del Lejano Oriente, con los múltiples ríos que atraviesan la ciudad y que servían como vías de transporte de mercancías. Sus habitantes tienen fama de ser buenos comerciantes, poseer un gran don de gentes, y en general están muy orgullosos de su identidad, reflejada en su marcado dialecto y en su gastronomía típica.
En las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, la ciudad creció espectacularmente hasta convertirse en uno de los motores industriales y comerciales del país, por lo que entre sus múltiples apodos se la llama “el fénix japonés” y “la ciudad de los negocios”. El mayor crecimiento se dio precisamente durante la década de 1960, cuando un intenso plan de urbanización transformó el aspecto de las grandes ciudades japonesas. Esta fotografía es uno de los últimos testimonios de cómo era el fénix japonés antes de alzar el vuelo.