Un extravagante concurso

Hay concursos para todos los gustos, y el que muestra esta fotografía de 1941 es, cuanto menos, peculiar: se trata de un “concurso de llamar cerdos”, muy populares en algunas partes del Oeste americano. Se trata, como su propio nombre indica, de una competición para juzgar quién es el mejor llamando a su ganado porcino, aunque el concepto de “mejor” es algo bastante subjetivo. Entre otros aspectos se valora el volumen, claridad y efectividad del reclamo; otros parámetros poco tienen que ver con la eficiencia y tienen que ver con la originalidad y la reacción del público, aunque el reclamo no se parezca mucho al sonido natural que emiten los cerdos. En contraste con esta subjetividad hay aspectos extremadamente precisos, como que “el grito sea lo bastante fuerte como para que lo escuche un cerdo desde detrás de un arbusto en un campo de tréboles de 40 acres” (unas 16 hectáreas). Y es que, cuando se vive en pleno Oeste, hay que buscar maneras de distraerse como sea.