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El 28 de julio de 1914, el asesinato del archiduque austríaco a manos de un activista político serbiobosnio dio el disparo de salida a uno de los conflictos más sangrantes de la historia de la humanidad, la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Sin embargo, durante los primeros años del conflicto, más que mundial fue una guerra eminentemente europea. Pero esto cambió a medida que se desarrollaba la contienda. Los Estados Unidos, con el presidente Woodrow Wilson al frente, intentaron mantener su neutralidad a toda costa, pero no pudieron hacerlo hasta el final. En 1917 y utilizando el pretexto de varios ataques recibidos por parte de Alemania a submarinos estadounidenses, tomaron la determinación de entrar en la Gran Guerra. Previamente, aunque no había participado de la guerra de manera activa, sí lo había hecho de otras maneras, por ejemplo, enviado munición y materiales bélicos a los países del bando Aliado. Por ello, recibió ataques como el de Black Tom, donde submarinos alemanes atacaron este puerto desde el que se enviaban recursos bélicos a Europa. La imagen, tomada el 30 de julio de 1916 en el puerto homónimo desde donde salían los barcos hacia la ruta europea, muestra el estado de destrucción en el que quedó tras el atentado.