Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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Tras el bombardeo japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt ordenó el internamiento forzoso de las personas étnicamente japonesas residentes en Estados Unidos. Como resultado, unas 120.000 fueron encarceladas en diez campos de concentración en todo el país, aun cuando más de la mitad eran ciudadanos americanos: investigaciones posteriores resolvieron que fue una acción ilegal fruto del miedo y el racismo y que los detenidos no suponían ninguna amenaza objetiva para la seguridad nacional, por lo que en 1988 el Congreso pidió perdón e indemnizó a los ex convictos y a sus descendientes.
El centro de Heart Mountain, en Wyoming, captó la atención pública por la resistencia que opusieron sus internos al reclutamiento al que eran sometidos: para distinguir entre ciudadanos “leales” y “desleales”, se distribuyó entre los prisioneros un “formulario de lealtad” como condición para salir del campo. En este formulario, entre otras cosas, se les pedía si estaban dispuestos a luchar con el ejército americano contra Japón, algo que para los internos violaba sus derechos civiles, al condicionar su libertad al servicio militar. Actualmente, Heart Mountain es un museo y centro de interpretación que explica la historia de los estadounidenses de ascendencia japonesa durante la guerra.