Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El emperador Hirohito reinó sobre un Japón cambiante: el de la era Shôwa, que empezó en 1926 y terminó en 1989. En Japón el calendario cuenta con las “eras”, definidas como el periodo de reinado de un emperador, y al empezar cada una se le asigna un nombre. Shôwa significa la era de la “paz ilustrada”, pero la mayoría de su reinado estuvo lejos de ser pacífico: empezó con un ascenso del ultranacionalismo étnico que culminó en una agresiva expansión por el este de Asia; siguió con la Segunda Guerra Mundial, que costó la vida a más de dos millones de sus súbditos (un millón de los cuales, civiles) y casi un millón y medio de desaparecidos; y prosiguió con la larga posguerra bajo la ocupación de los aliados. Los últimos 25 años de su reinado, en cambio, fueron posiblemente los más prósperos del Japón moderno, marcados por un gran crecimiento económico y la escalada del país a segunda potencia económica mundial.