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EL 25 de marzo de 1911 se declaró un incendio en la fábrica neoyorquina Triangle Shirtwaist Co. Cuando los bomberos acudieron para tratar de apagar el fuego vieron como muchos de los trabajadores trataban de saltar al vacío desde las ventanas del alto edificio empujados por el avance de las llamas a pesar de que caerían sobre una muerte segura. Los responsables de la fábrica mantenían cerradas las puertas de entrada y salida durante gran parte de la jornada laboral para evitar robos, un hecho común en la zona, con lo cual las personas que trabajaban en el interior quedaron atrapadas y la gran mayoría resultaron muertas tras el fatal incidente. Se calcula que hubo 147 víctimas mortales, la mayoría de ellas mujeres inmigrantes europeas que trabajaban en pésimas condiciones a cambio de un salario miserable. El tristemente célebre accidente se convirtió en un icono por la defensa de los derechos laborales, y más concretamente en un símbolo de la denuncia de la precaria situación de las mujeres. Se dice que el humo procedente de la ropa quemada que se producía en la fábrica era morado, por lo cual este color quedó para siempre asociado a la lucha feminista. En la imagen se puede ver como los cuerpos de algunas víctimas son colocados para su posterior identificación.