Los derechos civiles de los afroamericanos

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En 1962, ver personas afroamericanas haciendo cola en un restaurante de Estados Unidos era una relativa novedad, porque hasta pocos años antes los negocios e instituciones tenían potestad para prohibirles la entrada, algo especialmente habitual (aunque no exclusivo) en el sur del país: era algo tan institucionalizado que incluso existían guías para las minorías que recogían los establecimientos en los que serían aceptados, como el famoso Green Book en el que se basa la película homónima. En los años 60 se pusieron en marcha las Actas de Derechos Civiles, que tenían como objetivo acabar con la segregación e imponían multas y penas para quienes la practicaran o favorecieran. Las Actas no se limitaban a la discriminación por raza, sino también por orientación sexual o religión, y supusieron un gran paso adelante en los derechos de las minorías en la medida que recibían un apoyo legal. Sin embargo, en la práctica hubo una resistencia por parte de quienes consideraban que el Congreso no tenía derecho a decirles cómo gestionar sus negocios o escoger a sus clientes.