Cinecittà, el Hollywood europeo de Mussolini

1  Cinecittà (Jean Pierre Dalbéra CC)

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Jean Pierre Dalbéra CC
1  Cinecittà (Jean Pierre Dalbéra CC)

1 Cinecittà (Jean Pierre Dalbéra CC)

Jean Pierre Dalbéra CC

En 1937 Benito Mussolini inauguró con gran pompa los estudios de Cinecittà, que durante décadas darían a Italia y al mundo grandes historias. Los estudios de cine fueron una iniciativa personal del líder fascista, que intentó resucitar la economía italiana a través del cine.

En los difíciles años de la posguerra las películas eran el pasatiempo más popular entre la gente, un modo para escapar de las dificultades y la monotonía del día a día, además de ser asequible para casi todos. La mayoría de las películas en los años 20 eran estadounidenses y reflejaban la promesa del sueño americano, en comparación con las dificultades que experimentaba Italia. Por ello, Mussolini creyó conveniente crear una potente industria de cine nacional que, además, podría ayudar a revitalizar la economía italiana y atraer capital extranjero.

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El dictador italiano no pretendía usar el cine como un arma masiva de propaganda, como sí habían hecho otros regímenes fascistas. Por supuesto había interés en mostrar Italia como un país amable, haciendo uso del gancho romántico que tenía entre los europeos bienestantes, pero su interés era sobre todo económico: quería convertir Roma en el Hollywood europeo y sacar beneficio económico de ello, ya fuese mediante la exportación de películas italianas o el uso de los estudios por parte de productores extranjeros. Y eso sin duda lo consiguió, puesto que a día de hoy siguen siendo los estudios de cine más grandes de Europa.