Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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El nombre del artista mexicano Mario Moreno Reyes tal vez no les diga nada a algunos. Sin embargo, si decimos Cantinflas, la cosa cambia: este personaje cómico, creado por el actor mexicano, llegó a ser tan popular que muchos lo conocían por su nombre artístico más que por el verdadero.
Cantinflas fue todo un icono de la edad de oro del cine mexicano, llegando incluso hasta Hollywood – en cuyo Paseo de la Fama se colocó una estrella con su nombre – y ganándose los elogios del mismísimo Charles Chaplin. Sin embargo, la fama que alcanzó en Estados Unidos no fue tanta como la que tuvo en tierra patria, en parte debido a que su manera de hablar y sus juegos de palabras eran difíciles de trasladar a otros idiomas. Fue el actor en lengua española mejor valorado de su época, especialmente en América Latina, y uno de los más recordados del cine hispanoamericano.
A Cantinflas se le ha comparado con otras grandes estrellas del cine cómico, como el propio Chaplin o Groucho Marx. Como ellos, casi toda su fama se la debía a su personaje, con su particular forma de hablar y de moverse, su peculiar bigote y su humor que despertaba a la vez las risas y la ternura; en su caso, además, habría que añadir su aire entrañable de hombre pueblerino, aunque era nacido en la capital mexicana. Un periodista dijo de él que había regalado a México lo que el país más necesitaba: la carcajada.