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Durante los movimientos de expansión hacia el oeste que realizó la Alemania nazi en los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, la Batalla de Bélgica fue uno de los frentes claves. También fue llamada la Campaña de los 18 días –del 10 al 28 de mayo de 1940–, pues fueron las jornadas que el ejército belga junto con otras tropas aliadas consiguieron resistir la ofensiva alemana. Los aliados se retiraron hacia el mar, donde fueron acorralados y no tuvieron otra opción que rendirse, una decisión tomada en última instancia por el rey Leopoldo III. En la imagen sobre estas líneas se puede ver un grupo de soldados alemanes requisando las armas de los belgas. El fracaso aliado permitió que, tras esta victoria, la Wehrmacht atacara Francia y poco después, en junio de 1940, ocupara gran parte del país. Las fuerzas aliadas liberaron Bélgica entre septiembre y octubre de 1944.