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En julio de 1914, con el asesinato del heredero al trono austrohúngaro, se puso en marcha el juego de alianzas que dio comienzo a la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Tras los primeros movimientos en los que Alemania invadió Bélgica y el Reino Unido también se vio inmerso en el conflicto, el ejército alemán siguió avanzando hacia el oeste de Europa, rumbo al río Marne, última frontera física antes de París. Hacia el 5 de septiembre de 1914, las fuerzas alemanas empezaron la ofensiva obteniendo éxitos en la batalla, sin embargo, un error estratégico cometido por el general Von Kluck cambió el destino del decisivo enfrentamiento del Marne. Tras haber conseguido romper la línea de defensa francesa y provocar su retirada, Von Kluck decidió avanzar para perseguirles. Al hacerlo, se creó un brecha en las filas del ejército alemán que los franceses aprovecharon para atacar por los flancos y detener el avance de las tropas. Una victoria clave que truncó los planes del Imperio alemán de no mantener dos frentes activos. En la imagen, el general Von Kluck, jefe de la fuerzas alemanas, junto a Von Bergmann y Von Kuhl, en uno de sus encuentros durante el desarrollo de la batalla del Marne.