Abel G.M.
Periodista especializado en historia y paleontología
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En esta foto de agosto de 1932, el inventor Auguste Piccard entra en una cápsula presurizada que había preparado para su próximo vuelo estratosférico. La cápsula, colgada de un globo, ascendió hasta 16.200 metros, marcando un nuevo récord respecto a sus dos vuelos anteriores. En el primero de ellos, realizado el año anterior, él y su esposa se convirtieron en las primeras personas en alcanzar la estratosfera. El objetivo de estos vuelos era estudiar los fenómenos que se producen en la estratosfera, como los rayos cósmicos y la ionización.
Piccard era profesor de física y sentía un gran interés por el estudio de la atmósfera. Su pasión por los globos aerostáticos le dio la idea de inventar una máquina similar para ascender a las capas más altas. Así, convenció al Fondo Nacional belga para la Investigación Científica para financiar la invención de una cápsula de aluminio presurizada que unió a un globo de hidrógeno. Años después, modificó su invento para explorar el otro extremo de la Tierra, las profundidades marinas: el batiscafo, una especie de submarino de acero diseñado para resistir grandes presiones; marcando así un nuevo récord en el agua tal y como lo había hecho en el aire.