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Durante los seis años que duró la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la gran contienda tuvo múltiples escenarios activos en todo el mundo. Uno de ellos fue el mar Mediterráneo, una encrucijada geográfica entre Europa y el norte de África, especialmente útil para conectar con las bases de frente africano mientras este se mantuvo abierto. Las vías de comunicación marítimas que ofrecía este mar convirtieron a la isla de Malta en un enclave estratégico de la guerra. Por entonces bajo control británico y situada en mitad de las aguas mediterráneas, fue atacada por el ejército italiano justo después de que Mussolini declarase la guerra al Reino Unido, el 10 de junio de 1940. Desde entonces hasta agosto de 1943 la isla sobrevivió sitiada. En la imagen se puede ver una de las calles principales de La Valeta, Kingsway, cubierta por una gran cantidad de ruinas que unidades del ejército y civiles recogen y apartan del camino. A lo largo de los tres años que duró el sitio de Malta, la isla fue el objetivo de 3.000 incursiones de bombardeos aéreos, bajo cuyos proyectiles murieron casi 1.500 personas.